En el mundo de hoy, ya sea en los negocios o en la vida cotidiana, el factor confianza es primordial para lograr objetivos tanto comunes como individuales. La confianza, nos permite saber o anticipar ciertos resultados esperados. La confianza nos deja, en parte, débiles ante los demás. Pero cuando es verdadera, es un aliado muy poderoso.
La confianza es el catalizador entre las personas y/o empresas para lograr sus objetivos. Este facilitador sin embargo se ve sometido a la mentalidad individual y/o organizativa respecto a los beneficios a obtener. Suena algo enredado pero me refiero a la mentalidad “Tu cooperas, yo coopero”, La mentalidad ganar – ganar. (Mentality to win - to win ).
¿Cómo es esto? Para el mundo de los negocios es más evidente:” Tu haces una parte y yo hago el resto…resultado ambos ganamos”. Ese es el esquema pero muchas veces se ve truncado. Podemos decir que Chile tiene hartas deficiencias para esto, pues cuesta mucho que entre nosotros mismos confiemos en alguien a fin de obtener algo en beneficio común.
En los países desarrollados, tememos como ejemplo a Estados Unidos. Este país fomenta la creación individual de empresas, este individualismo competitivo les permite generar nuevas ideas y modelos de negocio exitosos que todo el mundo a conocido. Pero para ello necesitan inversores. Los inversionistas primero deben conocer la idea de negocio, confiar en los resultados y en la persona que la está gestionando, luego invertir. Él lo hará pensando en su beneficio pero tendrá que esperar que su gestor también gane. De todas maneras ambos ganarán.
En Chile la palabra confianza suena diferente. Cuesta mucho que primeramente que confiemos en el resto, mas aun si se trata de negocios. El dinero es un medio muy complejo a la hora de generar confianza. En parte se debe a la mentalidad chilena, solamente se piensa en el bien propio, el lucro personal. Pero se puede obtener mayor beneficio si cooperamos todos. Ese aspecto es inexistente en nuestro país.
El origen de la desconfianza que nos tenemos entre todos, los chilenos, es complicado de obtener. Puede deberse a nuestras raíces españolas, por ejemplo, a nuestros orígenes indígenas, nuestro desarrollo en la historia, a los 800 años que tenemos de diferencia de pensamiento cultural con Europa…. Quién sabe.
Sin embargo, hay que dar ese impulso. Confiemos en nuestros compañeros, nuestros vecinos, nuestros posibles partners, nuestros jefes o subordinados. Todos tenemos que avanzar hacia el mismo norte, donde cada uno obtendrá su pedazo de torta.
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